Maltrato infantil: asociación de cambios en el epigenoma con desórdenes en la salud mental y la intervención psicoterapéutica

 

Esta línea de investigación se realiza en colaboración con la Unidad de Violencia Familiar del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna)

El maltrato infantil, entendido como la exposición a situaciones de abuso y de negligencia en el cuidado, es una de las adversidades con consecuencias más deletéreas, persistentes y extendidas que afectan la salud física y mental de los individuos. El maltrato comprende el sometimiento a actos abusivos ya sea físicos, sexuales o emocionales, y a episodios de negligencia de tipo físico o emocional. Los menores maltratados presentan un mayor riesgo de sufrir trastornos psiquiátricos y una disminución en sus capacidades cognitivas y emotivas y que, por su prevalencia, representa un problema de salud pública y socioeconómico preocupante. Estudios epidemiológicos longitudinales demuestran que las secuelas que acompañan al maltrato no sólo resultan en consecuencias adversas durante la infancia y la adolescencia, sino que representan un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas psicopatologías en la adultez incluyendo depresión, desórdenes relacionados con estrés postraumático, agresividad, desórdenes de la personalidad y de la sociabilidad entre otros. Mientras que las consecuencias clínicas del maltrato han sido caracterizadas, los mecanismos por medio de los cuales es afectada la salud mental aún no han sido determinados. Los mecanismos epigenéticos, asociados a la interacción con el ambiente, representan una forma de “memoria molecular” que pueden modificar el desarrollo y funciones del cerebro por largos períodos de tiempo y pueden constituirse, además, como biomarcadores de fenotipos comportamentales derivados de esta adversidad.

El objetivo general del proyecto consiste en determinar cambios en el epigenoma asociados con la manifestación de trastornos en la salud mental derivados del maltrato infantil de modo de obtener conocimiento sobre los mecanismos moleculares que median las causas con las consecuencias y, posteriormente, si estos cambios en el epigenoma se revierten por la intervención terapéutica. La meta primaria deseada consiste en la identificación de biomarcadores con potencial valor indicativo, de pronóstico y de seguimiento.